Historia del Ajuar de la Novia

Preparar el ajuar para la futura esposa es una tradición que en los últimos tiempos, se ha perdido.  Pero pocos años atrás representaba un elemento fundamental para el matrimonio, era casi tan importante como el matrimonio mismo. Tradicionalmente era la novia que proveía al ajuar, se trataba de ropa interior, lencería (sábanas, manteles, servilletas) y de uno o más vestidos, según la riqueza de la familia. Aunque si en la tradición judía es siempre el hombre que proporciona la lencería para el hogar y la ropa de cama, mientras que la novia  de cualquier manera le corresponde la ropa interior.

El ajuar era preparado por los padres de cada hija, desde que era niña, sin importar la clase social (a menudo era necesario un cuarto entero para contener todo el ajuar preparado para las mujeres que se debían casar). El ajuar, además de ser una obligación para la novia, era un elemento fundamental para presentarse bien a la nueva familia y a toda la comunidad. En realidad, formaba parte de la "dote", y muchos años atras, cuando una joven de familia rica se casaba, para llevar todo el ajuar, se necesitaban tantas carrozas y una casa grande para guardarlo, esta era la riqueza de la novia. La presencia o ausencia de un rico ajuar no era sólo una cuestión individual y, por supuesto, de prestigio de la familia (el ajuar era exhibido públicamente antes del matrimonio), sino que era vivido por la comunidad como una garantía social, ya que definía el estado de "matrimonio" de un elemento de la sociedad y por lo tanto la perpetuación del orden y la estabilidad social.

La consistencia y el número de prendas de vestir del mismo género, presentes en el ajuar, varía mucho con el tiempo. En 1466 el ajuar de Nannina de’ Medicit, hermana de Lorenzo el Magnífico, casada con Bernardo Rucellai, es considerado en aquel tiempo "riquísimo", contenía una docena de trajes para el día, una camisa blanca de lino "renza" (tela preciosa de sutil lino blanco, llamado de Reims), cuatro pares de guantes, ocho de calcetines y un abanico bordado, a parte los tocados y sombreros. Un ajuar historico por su opulencia y esplendor es el preparado para Lucrezia Borgia, casada en 1502 con el futuro duque de Ferrara, cuya lista se conserva en los Archivos de Módena. Otro ajuar pasado a la historia es el veneciano de la novia Priuli Tiepolo de 1788, con 134 camisetas (más de 30 camisas de noche). También el de la emperatriz María Luisa de Austria (casada por razones políticas con Napoleón en 1810) consistió en 48 pares de zapatos, abrigos, y una cantidad increíble de mantas, sombreros, vestidos, camisas y pañuelos, un verdadero y propio alboroto de encajes, bordados, chiffon, terciopelo, armiño. Obviamente, los trajes principescos y reales tienen su mayor consistencia en sus vestidos llamados de representación de la mujer, por lo general dotados de acabados preciosos, joyas y accesorios al más alto nivel.

Ajuares principescos aparte, un tiempo la larga preparación del ajuar se llevaba a cabo al interno de los muros domésticos, con la excepción de algunos artículos muy finos (por la presencia de encajes y bordados), cuyo confeccionamiento era característico, en general, de ambientes “especializados”, como los conventos femeninos. En algunos países, se comenzaba a realizar ya en el primer año de vida de la niña, para tener el tiempo de seguir con cuidado y atención meticulosa los detalles más minuciosos y poder amortizar con los años los costos de ejecución. Eran las madres, abuelas, tías, que comenzaban a elegir cuidadosamente la lencería. Por otro lado, eran tantas las cosas de preparar. Se hacia un baúl de madera, posiblemente elaborado, sustituido en algunas regiones por un banco, con dentro el ajuar para el hogar y el ajuar personal. Los materiales utilizados eran organza, lino puro, seda, algodón, adornados blanco sobre blanco con lino lujoso de damasco, incrustaciones o bordados a mano y embellecidos con la inicial de ella y, posiblemente, con la de él, sabiamente entrelazadas. La lencería se componía así de 8, 12, 16, 18, 20, 24 y hasta 30 artículos de ropa, siempre estrictamente en número par.


Mujeres de Peñaflor (Sevilla, España)
bordando las diferentes piezas del ajuar.
Foto: http://lamemoriadelcuco.blogspot.com
En los tiempos de nuestras bisabuelas, las mujeres de la provincia, terminado el trabajo en el campo y las tareas del hogar se reunían en la tarde. Las señoras con más experiencia enseñaban a las más pequeñas a bordar y se pasaban horas sentadas, hablando de sus cosas, mientras la aguja pasaba a través de la tela. La preparación del ajuar era lenta, el bordado era todo a mano, puntada por puntada. Sin embargo, se aprovechaba este momento para socializar.

Un ajuar perfecto, de acuerdo con la etiqueta, incluía:

Para la cama matrimonial
De 2 a 12 pares de sábanas de lino
De 4 a 6 pares de sabanas de lino mixto
De 2 a 6 fundas para el colchón de lino mixto
De 4 a 24 fundas de almohada de lino
De 8 a 12 fundas de almohada de lino mixto
De 2 a 4 cubiertas de lino mixto
De 2 a 4 cubiertas de lana
De 1 a 2 edredones de plumas o lino

Para la cama individual
De 4 a 12 pares de sábanas de lino mixto
De 2 a 6 fundas para el colchón de lino mixto
De 2 al 6 de fundas de almohada de lino mixto
De 2 a 6 edredones de lana
De 1 a 3 cubiertas de lana
De 1 a 2 edredones de plumas o lana

Para el baño
De 12 a 18 toallas de lino
De 6 a 12 toallas de felpa
De 6 al 24 toallas para invitados de lino
De 4 a 12 toallas grandes de baño de lino mixto o de felpa
De 2 a 8 alfombras de baño
12 toallas de lino mixto

Para la cocina
De 4 al 12 paños de cocina, para las manos, de lino mixto
De 4 a 18 paños para secar los vasos de lino
De 6 a 18 paños para secar los platos de lino mixto
De 6 a 18 paños para secar los ollas de cáñamo
De 6 a 12 paños de cocina
De 6 al 12 paños para quitar el polvo
De 6 a 12 paños para limpiar el piso

Para la mesa
De 1 a 4  servicios para 6 blancos de lino
De 2 a 4 servicios para 6 colorados de lino mixto
De 1 a 2 servicios para 12 de lino blanco de damasco o bordados
De 1 a 4 servicios para 12 colorados de lino mixto
De 2 a 6 de servicios para carro porta platos de lino
De 1 a 2 manteles de te de lino
De 1 a 2 manteles de te de lino mixto

Por otra parte, hay que añadir también el ajuar personal de la novia, que además de un número razonable de ropa nueva, de verano y de invierno, incluía:
6 camisones de noche
4 enaguas de color blanco o rosado
2 enaguas negras
1 fondo (para faldas) blanco o rosado
1 fondo (para faldas) negro
6 sujetadores
2 o 3 sujetadores para la noche
12 pares de bragas
Una bata de lana
Un  bata para el verano
1 bata de cama, de seda
12 pares de medias
2 o 3 búster


Esta tradición continuo hasta la primera mitad del siglo XX. Con el pasar del tiempo, el ajuar ha llegado a disminuir y ha perdido su carácter de función social. A finales del 800 la costumbre de exponer el ajuar se hizo menos popular, y de hecho se consideró de mal gusto. En 1891, una revista de moda en los Estados Unidos anunció: "la costumbre de exhibir el ajuar y los regalos enviados por el novio, familiares y amigos a la novia ha caído completamente en desuso entre las personas refinadas". A finales del siglo, la concentración se trasladó de las ropas extravagantes a la ropa interior. La tendencia era acumular lo suficiente para que duraran a la novia  por el resto de su vida.

El ajuar, en la actualidad, aunque si en algunas culturas como la indiana sigue siendo una parte importante del matrimonio, es un espejo de los tiempos: las parejas encuentran lo que necesitan para vivir entre los dos, ya que ambos trabajan, la lencería se compra, se acquistan ropas fácilmente lavables para poderlas utilizar en todas las circunstancias, las casas son más pequeñas y no existe el espacio para guardar tanta lencería. Por otra parte, la mayoría de las mujeres no crecen aprendiendo las habilidades de costura, que eran tan importantes en las generaciones anteriores, una vez había un mayor apego a las tradiciones, así el ajuar para el hogar se compra cuando la propiedad está lista, en modo de elegir de acuerdo con el mobiliario.

Se ha pasado de la gran difusión del ajuar en blanco (el último trimestre del 700) a la difusión de las empresas especializadas, que ofrecen un montón de catálogos y presupuestos de la más diversa gama. El cambio cultural trae consigo un concepto moderno de "ajuar": se trasforma en una serie de artículos prácticos, de buena calidad, coordinados entre sí y con el resto del ambiente que ayudaran a decorar. En cuanto a la ropa interior y vestidos, se ven influidos por los dictados de la moda y el consumismo en general.

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